Órtesis de silicona: ¡te la llevarás puesta!
Entre los muchos recursos a los que el podólogo recurre en el día a día están las órtesis de silicona, elaboradas con un polímero que por elasticidad y resistencia es utilizado para alinear dedos en garra o juanetes. El poder realizar estos dispositivos ortésicos a mano permite crear un gran abanico de formas, grosores, durezas y adaptaciones que no ofrecen los separadores estándar.
Normalmente, cuando hablamos de emplear algún dispositivo ortésico o colocar una prótesis, directamente lo relacionamos con algo doloroso, con un gran seguimiento y, en definitiva, muy tedioso de llevar a cabo. Pero hemos de tener en cuenta que no todo el material ortoprotésico es igual: cada uno está elaborado con un material diferente, tiene un uso diferente y por supuesto, una características diferentes.
Cuando aparece alguna patología relacionada con deformidades, como puede ser el dolor por inflamación de la excrecencia del 1º dedo también conocida como “juanete”, el provocado por el roce con el calzado en algún dedo y de los dedos entre ellos mismos e incluso la imposibilidad de calzarse debido a estas mismas alteraciones morfológicas, comenzamos a buscar una forma de paliarlo más conservadora, ya que la forma más agresiva sería la cirugía, la cual no se adapta a todo tipo de pacientes y requiere un seguimiento más exhaustivo y, cómo no, más molesto para el paciente. Dentro de esta forma conservadora, la más frecuente en la realización de una órtesis de silicona. Pero, ¿qué es esto?
Una órtesis de silicona es un dispositivo elaborado manualmente por el podólogo, de aspecto similar al de la “plastilina”, solo que endurecido mediante catalizadores, que le otorgan más resistencia y dureza pero manteniendo su flexibilidad y memoria. Esta silicona, dado que está indicada para su contacto directo con la piel, es hipoalergénica, antifúngica y antibacteriana, y contiene un recubrimiento aceitoso que actúa como emoliente (hidratante) para la piel. Su elaboración es simple y se realiza in situ, de manera que el paciente que lo requiere puede llevárselo a casa justo al finalizar la consulta.
Existen 3 tipos de dureza que pueden combinarse, para adaptarse al objetivo a conseguir y a la región anatómica a descargar. Proporciona una sensación de confort al instante. No dudes en ponerte en contacto con el podólogo para pedir información.